Aparte de haber sido plataforma de lanzamiento para grupos y cantantes, Woodstock fue el acto masivo más grande realizado por la juventud norteamericana como un acto de protesta pacífica a lo que en esos días se vivía en el mundo, incluyendo la Guerra de Vietnam, que tanta vida de jóvenes estadounidenses y latinos costó...
Han pasado 43 años de aquel concierto, sin embargo se sigue recordando no solo por la aportación de nuevas estrellas yb la consolidación de cantantes ya reconocidos.
Érase una vez en América un Festival de Rock. En aquel lejano agosto de 1969 el amor era libre; los jóvenes soñaban con vivir en una caravana; los chicos llevaban el pelo largo y se cubrían de amuletos; las chicas tenían faldas de colores; la música era en vinilo; las drogas y el retorno a la naturaleza, una religión; la paz se vivía como una causa y la vida todavía estaba por delante.
'Niños de las flores'. El concierto más grande de todos los tiempos duró cuatro días, -del 15 al 18 agosto- y, sobre todo, tres intensas noches de sexo, droga y rock and roll. El público era el protagonista: los llamaban 'flower children' y 'hippies', la variante despectiva de 'hipster' ("el que siempre quiere estar al paso de las últimas tendencias").
La entrada, a sólo 6 dólares. Estaban cansados de la guerra en Vietnam, la retórica vacía de los políticos, el racismo, la Iglesia que prohibía, las familias y las ciudades que los obligaban a pertenecer a la sociedad sin creer en sus valores. El balance de Woodstock'69: decenas de nuevos amigos, innumerables experiencias extraordinarias y al borde de lo legal, dos muertes -una sobredosis y un joven, casualmente atropellado por un tractor mientras dormía- y dos nacimientos.
'Tres días de paz y música' prometía el cartel, diseñado por Arnold Skolnik, y no mentía. Muchos de los que actuaron aquel agosto se convirtieron en leyendas musicales: Creedence Clearwater Revival, Jefferson Airplane, The Who, Blood, Sweat & Tears, The Grateful Dead, Ravi Shankar o el jovencísimo y casi desconocido entonces Joe Cocker.
Jimi Hendrix, el divo. Era capaz de crear música como ninguno, tocaba la guitarra hasta con la lengua y se murió en 1970, a los 27 años y en el auge de su fama, por una sobredosis de heroína. Fue él quien cerró Woodstock, con la interpretación de 16 hitos, como 'Foxy Lady', 'Voodoo Child' y 'Message To Love'. La blanca 'Fender Stratocaster', el objeto fetiche que dejó Hendrix, fue vendida en 1990 por unos 280.000 euros.
Janis Joplin, la diva. Ella también falleció el año después de Woodstock, a los 27 años y por una sobredosis de heroína. No brillaba por su belleza, pero su voz ronca y dramática y la actitud irónica que caracterizaba sus actuaciones la transformaron en ídolo tanto de los hombres como de las mujeres. El segundo día del concierto, Janis cantó diez de sus canciones, entre ellas las célebres 'Piece Of My Heart' y 'To Love Somebody'.
Cinco días para la limpieza. Tras el concierto, el responsable de los servicios médicos del festival, doctor William Abruzzi, dijo para la revista 'Rolling Stone': "¡Qué gente tan linda. No ha habido ninguna manifestación violenta, lo que es impresionante en el caso de una muchedumbre de este tamaño". Por cierto, limpiar tras la fiesta costó un cierto esfuerzo, pero la ocasión lo merecía.
Lo que el viento no se llevó. Esta lápida conmemorativa, instalada en 1984, lleva la paloma blanca y el mástil de guitarra del cartel original. Su texto reza: "Éste es el lugar de la Feria de la Música y del Arte de Woodstock, que tuvo lugar el 15, 16, 17, [18] de agosto de 1969". Además, reproduce toda la lista de los músicos que crearon el ambiente irrepetible de aquella mítica edición del festival.
Esta es una de las fotos más difundidas, quizás por lo que la misma denota: jóvenes perdidos en medio de una sociedad que se encuentran y se apoyan sentimentalmente, mientras los otros viven sus propias vidas. Woodstock...Cuando la Juventud amo, cantó y protestó de la sociedad fría y voluptuosa del Imperio.
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