Hace más de medio siglo, no se sabe con exactitud en qué año, mujeres copanecas preparaban para estas fechas de fin de año una receta que consiste en una cerdita o cerdito horneado, que hoy en día se conoce tradicionalmente como "chanchita hornada".
La tradición de su preparación era casera, cada quien la preparaba a su gusto, pero comenzaron a hornearlas y venderlas como una comida diaria, para los años 50's y 60's en el llamado Mercado Central, localizado a una cuadra al este del Parque Central y en la parte donde ahora está situado un moderno merendero, se instalaban en unos tablones colocados en forma de mesa las vendedoras de chanchita hornada y vendían peuqeñas porciones que en aquellos años valian 20 centavos de lempira y se podía obtener un cuartito trasero entero por 12 reales (Lps. 1.50, un real eran 12 centavos, 25 centavos eran 2 reales, 50 centavos cuatro reales y así 1.50 eran 12 reales).
Cuando se hizo costumbre regalarlas para navidad comenzaron a ser enviadas en enciomiendas a otras latitudes. Mi madre por ejemplo atendía pedidos que le realizaban empleados del Banco Central donde trabajaba tía Olga (Olga Rivera Reyes Q.D.D.G.) y escuche usted esto: una cerdita entera costaba Lps. 25.00 más elenvío de la encomienda por avión Lps. 17.00, se enpacaban de preferencia en las cajas alargadas en que venían los spaguettis y que durante todo el año se recogían en las pulperias o truchas para ese fin.
Posteriormente la familia Suata de El Salto, ahora llamado barrio Dolores y quienes residían en el sector del Chimishal, se dedicó a su elaboración al por mayor junto a la elaboración d eunos deliciosos tamales que fueron la delicia de las generaciones de nativos de aquellos lejanos años.
Igual hizo una mujer emprendedora que llegó de Lempira y se radicó en esta ciudad su nombre doña Olimpia Alvarado (fallecida recientemente a sus 92 años) quién tonó fama por la intensidad de su actividad que fue total: chanchita hornada todos los días y de manera especial surtir los pedidos de grandes clientes como elo Banco de Occidente que ha instituidola norma d eenviar una cerdita entera a sus socios y principales clientes.
La diferencia básica entre los sabores se da por varios motivos: el adobo de la carne, es decir su recado, el hornado, pues influye el tipo de horno, leña y tiempo que se deje en cocción, aparte que adquieren un mejor sabor siempre y cuando se hornen en cuencos de barro, llamados tiestos, que es una práctica que se ha ido perdiendo, junto a un típico grado de cocción y sabor.
La degustación de la chanchita hornada ha trascendido y llega a la mesa de familias no solo hondureñas, sino de otros países.
Ahora en el presente de la chanchita hornada copaneca sale al exterior, pero no sola, va acompañado de totopostes y puros de Santa Rosa de Copán, Casabe de El Porvenir, Atlántida; rosquillas de Danlí; alcitrón de Siguatepeque; queso ahumado de Choluteca; café de Corquín, Copán y Timoshenko, bebida compuesta también propia de Santa Rosa de Copán.
Las chanchitas son cuidadas mientras son sacrificadas.
En este trabajo, usualmente se involucraosn todos
los miembros de la familia.
Las chanchitas son preparadas en hornos de piedra
o ladrillo con barro, que alcanzan temperaturas de
unos 700 grados centígrados.
Los cerditos deben tener un peso de entre 35 y 45
libras y estar en edades entre 3 y 4 meses, para
obtener el mejor sabor.
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