Esta foto distribuida por Reuter's tiene bastante similitud con la tomada en el presidio de San Pedro Sula. (Valga la aclaración)
Fotos de El País, España
Honduras vivió este miércoles la mayor tragedia de su sistema penitenciario. Al menos 300 personas murieron en una cárcel penal de Comayagua, en el centro de Honduras, a 75 kilómetros de la capital Tegucigalpa, a causa de un inmenso incendio ocurrido en la madrugada. Para muchos de los reos sus paredes se convirtieron en una jaula de fuego sin vía de escape. “Escuchábamos los gritos de los prisioneros agarrados por el fuego”, relató a Reuters uno de los supervivientes, mostrando los dedos de las manos que se fracturó en el intento de huir de las llamas. “Tuvimos que quitar los paneles del techo para poder salir”, añadió. En la prisión, que estaba construida para 250 personas, se encontraban hacinados unos 850 presos, según datos publicados por la prensa local.
Los familiares de los reclusos llegaron desesperados hasta las zonas cercanas del presidio, en busca de informaciones que tardaban en llegar y acusando a las autoridades de negligencia. Un portavoz del Ministerio de Seguridad hondureño leyó, en medio de los gritos de los allegados, la lista de los supervivientes, 475. Los muertos son más de 300, según datos del ministerio. Previamente una portavoz del fiscal general, Daniela Ferrera, afirmó que se estimaban unas 350 víctimas mortales. Ayer se desconocían aún las causas del incendio. Al principio algunas fuentes apuntaban a un motín mientras que horas después se comentaba la hipótesis de un cortocircuito. Las llamas se propagaron sin control durante unas horas. El número de victimas tan alto fue porque no se consiguió encontrar el guarda que tenía las llaves adecuadas y no se pudo abrir muchas celdas.
Parientes de los reclusos se agolparon a las afueras del Centro Penal
Un empleado da lectura a la lista preliminar de víctimas
Autoridades del Ministerio Público llevan bolsas plásticas para retirar los cadáveres
Uno de los sobrevivientes al ser trasladado a un hospital
Otro presidiario con quemaduras al llegar al centro asistencial
Las ambulancias tuvieron bastante trabajo para trasladar a centros hospitalarios locales y de Tegucigalpa a los quemados, fracturados y heridos
Todos los presidiarios resultaron con diversas lesiones durante el voraz incendio
Un socorrista de la Cruz roja y un voluntario ayudan a este preso lesionado
Socorristas sacan a un preso con una fractura de tobillo
Mujeres parientes de los reclusos crearon escenas dolorosas en las afueras del penal
Una madre llora al enterarse que entre los muertos está su hijo
Todos los familiares de los reclusos que llegaron hasta el lugar del siniestro se mostraban apesadumbrados y nerviosos
"Hágase justicia aunque perezca el mundo" se lee a la entrada del penal siniestrado
Agentes corren disparando sus fusiles al aire al intentar controlar a un grupo de parientes de los presos que intentaban ingresar a las áreas restringidas
Una mujer se tapa los oídos mientras los agentes disparan al suelo para evitar que sigan avanzando hacia el interior del penal
Parientes de los presos tratan de abrir un portón de la cerca perimetral para ingresar al centro penal
Uniformados a la carrera evitando las pedradas que les lanzaban los familiares que exigían información sobre sus parientes
Estas mujeres se apoyan mientras esperan datos sobre sus familiares
Periodistas se refugian mientras se escuchan los disparos en medio de la tirazón que se formó ante la actitud de muchos familiares de los presos
Otra mujer presa de los nervios llora en las afueras del centro penal de Comayagua
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