Tomado de Apuntes de Naturaleza (Martes, 17 enero 2012)
Desde el punto de vista científico, la respuesta es que no se sabe. Es lo único honesto que, con argumentos científicos, se puede decir.
La pregunta que encabeza el texto, al igual que otras parecidas que tienen que ver con el comportamiento humano, se lleva debatiendo en el mundo de la biología desde hace tiempo. En las últimas semanas han salido dos artículos defendiendo cada uno de ellos una postura enfrentada, y lo curioso es que ambos autores dicen contar con la verdad científica de su lado. El problema es que ambos olvidan dónde se sitúa la frontera entre hechos científicos demostrados y por tanto no sujetos a opinión, y posturas personales mejor o peor informadas.
El debate, como ya he dicho, viene de antiguo, y tiene un componente más de ideología que de ciencia. Esto es lo que permite que, con los mismos datos ciertos y objetivos (es decir, la misma verdad científica) se puedan defender ambas posturas.
"La homosexualidad no tiene un componente biológico"
La primera postura declara que aún no se ha descubierto ningún mecanismo biológico que determine el que una persona tenga una orientación sexual u otra. Por tanto, se trata de algo cultural o ambiental, o que queda dentro del ámbito de decisión de la persona.
Sin embargo, aquellos que defienden esta postura parecen olvidar que la homosexualidad está presente a lo largo de todo el reino animal. Se conocen casos de insectos, crustáceos, aves y reptiles en los que se ven estos comportamientos. Incluso se ha analizado desde el punto de vista evolutivo, y se ha demostrado su validez como estrategia. A nivel genético, los sobrinos de un individuo son equivalentes a sus nietos, ya que en ambos casos se comparte un cuarto del ADN. Si el individuo homosexual no tiene hijos, evita una mayor presión por competencia sobre las crías, con lo que está asegurando la supervivencia de sus genes, que es el objetivo de cualquier ser vivo.
Cuando un comportamiento se encuentra tan extendido a lo largo del reino animal, suele existir un componente biológico para ello. Sin embargo, éste no es el mayor reproche que se puede realizar a quienes abogan por esta visión. Voluntariamente, se olvidan de que aún no se ha encontrado el mecanismo exacto, pero sí suficiente evidencia de una componente biológica al respecto.
"La homosexualidad tiene un claro componente innato (genético, neuroendocrino u otro)"
Según ésta segunda visión, está perfectamente demostrado que la orientación sexual depende de un componente biológico única y exclusivamente. Se nace con esa tendencia, y no hay más que hablar.
Quienes defienden esta visión tienden a olvidar que, en ciencia, los resultados prometedores son resultados parciales. Por ejemplo, suelen aludir a la alta correlación en la orientación sexual entre gemelos idénticos. El problema es que dos gemelos idénticos son precisamente eso, idénticos, son clones genéticos, por lo que una correlación que no sea completa no puede considerarse un respaldo a la teoría. El término "correlación incompleta" significa que el resultado del análisis estadístico, que es la prueba usada en ciencia, no ha dado un resultado significativo, que quiere decir que no ha salido como uno esperaba. Una correlación menor del 99% en el caso de gemelos idénticos indica claramente que hay más factores en juego. Y más cuando ni siquiera se aporta el resultado del análisis matemático.
Cuando se les enfrenta a ello, los autores que defienden una determinación genética de la orientación sexual suelen aludir a la epigenética. Los mecanismos epigenéticos son aquellos que activan o inactivan parte de nuestros genes, y ciertamente permitiría explicar esa correlación incompleta. No obstante, no definen el mecanismo, ni aportan pruebas de que sea así, con lo que el argumento carece de validez.
La única conclusión a la que se puede llegar es que, en términos científicos, no se ha demostrado que la orientación sexual, ni otros comportamientos, estén definidos biológicamente. Esto no significa que se puedan defender ambas posturas desde la ciencia; es muy importante hacer hincapié en que no se puede defender ni una cosa ni la contraria con argumentos científicos. Se puede dar una opinión personal, por supuesto, y los científicos no dejan de ser personas con una determinada visión del mundo. Lo que debe evitarse es utilizar medias verdades y vestirlas de razón científica.
Yo, como biólogo y científico, tengo mi opinión a la luz de los datos que existen. Personalmente creo que existe un componente biológico, que sale a la luz o no dependiendo de la situación en que viva el individuo. Es decir, me encuentro en el punto medio entre ambas posturas. Pero es una opinión que yo tengo por cuestiones morales o ideológicas, no porque la ciencia me haya demostrado que es así, aunque estoy deseando y tengo grandes esperanzas en que antes o después ocurra.
Sobre el debate respecto al determinismo en el comportamiento humano existe una amplia bibliografía. Mis textos favoritos sobre el tema, de los que recomiendo fervientemente la lectura son los dos siguientes: "El Gen Egoísta" de Richard Dawkins, y "No Está en los Genes" de Lewontin, Rose y Kamin.
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