¿Termina la era de los aviones de guerra piloteados por humanos?

Los aficionados a la aeronáutica van a tener que adaptarse a los nuevos gustos del Pentágono. Se acabaron los aviones estilo F-14 de la película Top Gun, que hizo famoso a Tom Cruise en 1986. Se acabaron, de hecho, los aviones cuyo nombre empieza con una 'F' (F-4, F-5, F-6, F-14, F-15, F-16, F-18, F-22...). A partir de ahora entramos en la era de los aviones sin piloto y, en concreto, en la nueva estrella de las Fuerzas Armadas de EEUU: el MQ-9 'Reaper'.

El 'Rapier' va a ser la columna vertebral de las nuevas Fuerzas Aéreas de EEUU, que hoy presenta el secretario de Defensa de ese país, Leon Panetta. El avión, que lleva en servicio casi una década, es parte de la nueva generación de aviones sin piloto que EEUU empezó a desarrollar a finales de la década de los 90. Ahora, el Pentágono prevé aumentar el número de unidades de esta flota en un 30% en los próximos tres años.

Los aviones sin piloto dirigidos desde las afueras de Washington y de Nevada son los principales 'liquidadores' de líderes de Al Qaeda en Yemen y Pakistán. Pero pueden hacer muchas más cosas. El MQ-9, por ejemplo, puede llevar misiles aire-aire y bombas de precisión. Hay incluso helicópteros sin piloto, como el MQ-8B, que despega desde fragatas.

Panetta va a mantener el F-35, un monstruosamente caro avión de combate 'multiusos' -es decir, caza y bombardero, capaz de operar desde pistas convencionales, portaaviones, portahelicópteros y pistas de tierra- que lleva un retraso de años y un desfase presupuestario de casi el 100% con respecto al coste inicial previsto.

 Al margen de la Fuerza Aérea, Panetta ha anunciado un drástico recorte del Ejército de Tierra, que pasará de 570.000 soldados a 480.000. Esa reducción equivale casi a todo el tamaño del Ejército de Tierra español. A cambio, EEUU incrementará sus Fuerzas Especiales--es decir, las unidades de tipo comando como la que mató a Osama bin Laden--de 63.000 a 70.000 hombres en los próximos cuatro años.