El pico del Aconcagua, situado en la cordillera de los Andes y considerado el "techo" de América con sus 6.959 metros medidos hasta ahora, tendrá una nueva altura oficial después de ser procesados los datos obtenidos en una expedición calificada por los científicos como un "éxito".
"La expedición fue un éxito. Pudimos hacer las mediciones y sólo queda procesar la información para determinar la altura", ha indicado Sergio Cimbaro, investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y miembro de la expedición científica que entre el 4 y el 17 de febrero recién pasado (2012) subió al Aconcagua.
La investigación permitirá obtener nuevos datos sobre la altura de la montaña, que se anunciarán entre abril y mayo y que sustituirán a la última medición oficial realizada en 1956 por un equipo de la Universidad de Buenos Aires.
Los movimientos de las placas tectónicas
La iniciativa permitirá determinar si los movimientos de las placas tectónicas sobre las que las que se asienta la cordillera de Los Andes han causado alguna variación en la altura del "techo de América", en especial tras el terremoto que sacudió a Chile el pasado año.
Para Luis Lenzano investigador del Instituto Argentino de Nivología y también miembro del equipo, esta misión científica fue "de las mejores campañas" que han realizado, auspiciada por el IGN y el proyecto Sigma del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Su principal objetivo fue medir la altura del cerro por medio de estudios de gravedad (gravimetría), que es difieren del sistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global) que no da referencia respecto al nivel del mar.
Estudio de glaciares
"Tuvimos suerte con la meteorología porque los primeros días fueron fantásticos en comparación con el año pasado que tuvimos que abortar una misión", ha recordado Lenzano, quien ha agregado que los los expertos realizaron tareas de seguimiento de glaciares y de placas tectónicas.
Para lograr sus objetivos, los expedicionarios se enfrentaron a los problemas de aclimatación "severos" que se producen a partir de los 4.500 metros de altitud y, aún así, no todos los miembros de la expedición lograron llegar a la cima.
Sergio Cimbaro, del IGN, fue uno de los dos científicos que tuvieron que retornar, por un "edema periférico" "Puede ser un desafío personal, pero sabíamos que cualquiera podría llegar, por eso no descargamos en una persona la responsabilidad. Sabemos que las mediciones son difíciles, y más a esa altura", ha explicado Cimbaro.
La cordillera de Los Andes, la columna vertebral de Sudamérica, es producto de la colisión de placas tectónicas y sufre cambios paulatinos, en especial con los sismos de las últimas décadas.
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