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9/3/12

Extraña alineación de la Luna y el Sol habrían influido en desastre del Titanic



La colisión del Titanic con un iceberg en 1912 puede haber sido consecuencia de una rara alineación del Sol y la Luna ocurrida más de cuatro meses antes, según un artículo que publica la edición de abril de la revista Sky & Telescope.


Aprovechando la renovada fascinación en torno al hundimiento del transatlántico, al aproximarse el centenario del accidente en el cual murieron unas 1.500 personas, los astrónomos de la Universidad estatal de Texas Donald Olson y Russell Doescher explicaron su hipótesis acerca de la abundancia de icebergs en la ruta del buque. 
En la noche del 14 de abril de 1912 la nave, descrita por la publicidad de la época como “insumergible”, topó con un iceberg y se hundió.
Otras naves que respondieron a las llamadas de socorro encontraron en la región del Atlántico norte una abundancia inusual de témpanos.
Junto con la abundancia de artículos de prensa, novelas y películas que convirtieron al hundimiento del Titanic en el “accidente del siglo XX”, se han multiplicado por décadas las preguntas acerca de la existencia en la zona de más témpanos de lo habitual.


Los astrónomos partieron del trabajo del oceanógrafo Fergus J. Wood, de California, un estudioso de las mareas quien sugirió que una aproximación rara de la Luna a la Tierra, ocurrida el 4 de enero de 1912, puede haber contribuido a mareas también inusitadamente altas.
Olson y Doescher encontraron que en esa fecha también ocurrió un acontecimiento poco común: la Luna y el Sol se alinearon de manera tal que su atracción gravitacional se realzó mutuamente, lo que se conoce como marea en sizigia.
El perigeo de la Luna fue el más cercano en unos 1.400 años y ocurrió dentro de los seis minutos de una luna llena. El perihelio de la Tierra, la aproximación máxima al Sol, había ocurrido el día anterior.
“Fue la aproximación más cercana de la Luna a la Tierra en más de 1.400 años y esta configuración maximizó las fuerzas lunares que levantan las mareas en los océanos de la Tierra”, dijo Olson.
“La luna llena puede ocurrir en cualquier momento del mes. El perigeo puede ocurrir en cualquier momento del mes. Basta con imaginarse cuántos minutos hay en un mes”, agregó.


Inicialmente los investigadores procuraron determinar si unas mareas más henchidas habían incrementado los desprendimientos de témpanos en Groenlandia, que es donde se origina la mayoría de los icebergs en esa región atlántica.
Pero pronto se dieron cuenta de que, para llegar a la ruta de navegación del Titanic hacia abril, los témpanos desprendidos de los glaciares de Groenlandia en enero deberían haberse desplazado muy rápido y contra las corrientes.
No obstante lo cual, está el testimonio de las tripulaciones de los otros barcos que respondieron al llamado del Titanic: había en la zona muchos témpanos, tantos que por el resto de la temporada de 1912 las rutas de navegación se desviaron hacia el sur.


La respuesta a la pregunta de “¿dónde procedieron tantos témpanos?” está en los icebergs encallados y a la deriva.
A medida que los témpanos desprendidos de Groenlandia se mueven al sur muchos quedan encallados en las aguas menos profundas de las costas de Terra Nova y Labrador.
Normalmente, los témpanos quedan allí y no pueden moverse hasta que se hayan derretido lo suficiente como para volver a flotar, o hasta que una marea alta los libere.
Los astrónomos de Texas tienen la hipótesis de que las mareas inusitadamente elevadas de enero de 1912 pueden haber desencallado estos témpanos y que se desplazaron así hacia el sur por las corrientes oceánicas y hacia las rutas de navegación





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