Las autoridades colombianes lograron un éxito notable en la lucha contra uno de los narcotraficantes más poderosos del país, Daniel "El Loco" Barrera. La última victoria se logró a mediados de septiembre, con el ataque a cuatro diferentes redes en Bogotá, Cali, Barranquilla y Villavicencio.
En estos operativos coordinados fueron arrestados 36 sospechosos, entre ellos "cuatro peces gordos" según informó el jefe de la Policía Nacional de Colombia, Gral. Oscar Naranjo. La policía también requisó 21 aviones livianos y submarinos utilizados para transportar la droga a Centroamérica.
Voceros de la policía reconocieron la ayuda de un informante, pero algunos analistas independientes, en vistas de la escala y el alcance de los éxitos policiales, sugieren que o el informante está muy bien posicionado o que la penetración de los efectivos de inteligencia incluye a muchos más que un informante.
El Loco, que permanece en libertad, es el personaje más notorio de una nueva generación de narcotraficantes colombianos que compiten para reemplazar a los cárteles del Norte del Valle y Cali, exitosamente desmantelados por las autoridades. El corazón de la organización de El Loco se encuentra en las llanuras del este de Colombia, pero sus redes están diseminadas por todo el país, y trasnportan cocaína tanto a lo largo de las costas del Pacífico como del Atlántico. informó la policía colombiana.
El cártel de El Loco ha sido uno de los más agresivos, con la utilización de sumbarinos semi y totalmente sumergibles para trasladar grandes cargas de droga por vía marítima. Al no contar con radar ni sonar, los submarinos son difíciles de detectar. Naranjo se mostró muy confiado cuando comentó a los periodistas los operativos de septiembre, y sostuvo que la captura de El Loco, que según dijo estaba trabajando con el cártel de Sinaloa de México, era algo inevitable.
Panamá frustra gran operación de cocaína
Colombia no es el único país con operativos exitosos en la lucha contra los cárteles internacionales. En el vecino Panamá, el fiscal antidrogas de ese país, Javier Carabello, anunció que se había desmantelado una importante organización dedicada al tráfico de cocaína, y que se produjo el arresto de 80 ciudadanos panameños y colombianos en todo el país. El fiscal declaró que el grupo era liderado por el supuesto
narcotraficante colombiano Jorge Indalecio Marmolejo, quien habría trasladado más de 18 toneladas de droga en el último año y medio a través del Caribe.
Pero si bien los gobiernos centroamericanos avanzan en su lucha contra el narcotráfico, los desafíos son aún abrumadores. Estos retos fueron delineados por el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, en una entrevista reciente a la BBC donde advirtió sobre la expansión de los cárteles mexicanos en su país.
El presidente destacó que Los Zetas controlan "siete u ocho provincias, es decir entre el 35 y 40% de nuestro territorio". Los observadores independientes están de acuerdo. Samuel Logan, analista de seguridad regional, señaló que Los Zetas y otros cárteles controlan el tercio superior del territorio de Guatemala.
Una de las preocupaciones más grandes son las alianzas entre los cárteles internacionales y las pandillas callejeras o "maras", que venden drogas al menudeo y se dedican a cometer robos, secuestros y extorsiones.
Carlos Menocal, ministro del Interior de Guatemala, declaró que los cárteles proveen a las "maras" de armas más modernas. En septiembre, el ministro fue citado en un informe del Woodrow Wilson International Center for Scholars en el que sostenía que "hasta hace dos años y medio, podríamos decir que las maras todavia usaban rifles de construcción casera. Ahora utilizan modelos AK-47, Galil, AR-15, ametralladoras con visores láser, además de pistolas 9mm y calibre 40 de última generación". De acuerdo al informe, las autoridades estiman que en Guatemala se utilizan entre 1,2 y 1,8 millones de armas.
En encuestas de opinión realizadas en el marco de la elección presidencial del 12 de septiembre, los guatemaltecos indicaron que también están preocupados por el delito y la violencia. Esto no sorprende, dado que el 41% de los más de 6 mil homicidios cometidos el último año estuvieron relacionados con el narcotráfico, destacó Colom. El índice de homicidios es de aproximadamente 41 cada 100 mil habitanrtes, si bien el Banco Mundial informó este verano que en la región de Petén, en el norte del país, el índice es de entre 80 y 90 cada 100 mil habitantes.
Los índices de homicidio también están alcanzando cifras siderales en los países vecinos. Honduras está cerca de finalizar el año 2011 con un índice de 86 homicidios cada 100 mil habitantes, en tanto que El Salvador llegará a 72 cada 100 mil, según estudios recientes.
La Comité Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras informó en septiembre que durante la primera mitad de 2011, el país presentaba un promedio de 20 homicidios por día, muchos de ellos vinculados a la droga. Ramón Custodio López, comisionado nacional para los derechos humanos, informó que la cifra estimada para el 2011 representa un aumento significativo en los homicidios con respecto a 2010, cuando el índice fue de 77 cada 100 mil habitantes.
El índice de homicidios también crece en El Salvador, donde se denunciaron casi 2.900 asesinatos en los primeros ocho meses de 2011. Agosto fue especialmente brutal, ya que la policía salvadoreña denunció 391 asesinatos durante ese mes.
En cuanto a las noticias preocupantes más relevantes referidas al delito y la violencia, los gobiernos regionales también están analizando un informe reciente de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, donde se advierte que el uso de estimulantes del tipo de las anfetaminas, como el crack y el éxtasis, está creciendo en todo el mundo, pero especialmente en el sudeste de Asia, África Occidental y el continente americano.
El informe advierte que el comercio creciente de este tipo de drogas y las altas ganancias que reditúan sumarán más amenazas a la salud y la seguridad. Se dice que las anfetaminas se consideran en la actualidad el segundo tipo de droga más consumido después de la marihuana, superando así a la heroína y la cocaína. Si bien el uso de la marihuana, la heroína y la cocaína permaneció estable entre 2005 y el 2009, los secuestros de estas drogas y el descubrimiento de laboratorios clandestinos indican un rápido aumento de estos narcóticos en todo el mundo, según el informe de la UNODC.
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