Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Entonces, sustituyeron uno de los monos.
Lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros,
quienes le propinaron tremenda paliza.
Lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros,
quienes le propinaron tremenda paliza.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tal vapuleo.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo.
El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fueron sustituidos.
El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fueron sustituidos.
Quedó, entonces, un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos ¿por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera?, con certeza la respuesta sería:
“No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.”
¡¿Te suena este “razonamiento”?!
“No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.”
¡¿Te suena este “razonamiento”?!
No pierdas la oportunidad de pensar en esta historia, para que, de una o de otra forma, te preguntes ¿por qué seguimos “golpeando” y, por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si tal vez las podemos hacer de otra?.
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Sólo hay dos cosas infinitas en el mundo:
el universo
y la estupidez Humana.
Albert Einstein
el universo
y la estupidez Humana.
Albert Einstein
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