Reseña - El Lobo Estepario

Carlos Jeremías Girón R.

En mi juventud, allá por 1970,  me encontré con esta novela impactante, la leí y me pareció un libro derrotista cargado de resentimiento, un resentimiento que si bien comenzaba a sentir por la sociedad me resistía a la necesidad de abandonar las reglas dictadas por esa sociedad para vivir mi propia vida.

Releí el libro en mi madurez, en 1982,  y entonces me encontré con muchas verdades vividas. En muchas situaciones pude sentir el realismo de la obra dado el comportamiento social descrito. Ya para entonces comenzaba a disfrutar de un, cada vez más difícil, situación de soledad, dado el ejercicio del periodismo que me mantenía en contacto con muchas personas de todos los niveles culturales, económicos y sociales.

Y ahora recostado en el ocaso, Octubre del 2011, lo he vuelto a leer, con una mayor avidez pese a saber el final con que iba a encontrarme, pero el realismo de la obra se volvió demoledor y entiendo el panorama copiado y reflejado por Hesse en este libro que a través de la vida me enseñó que pese a su inercia es un libro vivo.

Y todo porque la capacidad analítica y creadora del escritor tiene una actualidad propia del que puede leer la vida, entenderla y cual si fuera con un pincel que se pintarrajea un paisaje sus letras nos trazan un camino por el que recorremos esas vivencias del protagonista.

Hermann Hesse, resulta entonces en un escritor inmortal. Ya sea por sus Relatos Esenciales, sus novelas Siddharta o Demian, o la que me ocupa El Lobo Estepario.

El autor usa las iniciales para inventar el nombre del protagonista, Harry Haller, señal clara de identificación plena,  Hesse construye un ser huraño y víctima de la sociedad individualista en la que vive.

El Lobo Estepario es una novela aclamada merecidamente. Representa un maremágnum de emociones, reforzado sin duda por su condición de obra biográfica.  

Si bien El Lobo Estepario no goza de la frescura y cercanía de estilo de Demian, el ambiente está mucho más conseguido. A base de un lenguaje detallista, una tendencia a la reflexión y a la observación exhaustiva, y una metafísica constante que envuelve a toda la novela-

Hesse logra impactar fuertemente al lector, llegando a meterlo de cabeza en el hastío que pretende mostrar de la vida, en las crisis existenciales que propone, en hacer que el lector comprenda la resignación de Harry Haller, y en alcanzar un estado consciente en cuanto a la relación entre lo onírico y lo realista.
Con la comparación con un lobo estepario, errante, en eterna búsqueda; el teatro “Sólo para locos”, las clases de baile y las evidentes evoluciones del protagonista, el escritor obtiene del lector lo que pretende desde el principio: llegar a su alma, removerle por dentro, y hacerle dudar de algunas bases filosóficas, mediante una narración sistemática pero sorprendentemente original.

Hay quien puede pensar que la trama que ocurre en El Lobo Estepario es arbitraria y poco sustanciosa, pero nada más lejos de la verdad.

Hesse derrocha sabiduría, amor y entendimiento. Transportó muchos elementos de su vida personal a los de sus personajes, como en el caso de sus problemas con las mujeres o la resignación ante la política.

A veces la densidad es considerable. Da la sensación de que en una página de esta novela se aprende mucho más que en cincuenta páginas de cualquier otro libro y eso hace de El Lobo Estepario una novela difícil de leer, próxima al estilo reflexivo que caracterizaría a autores como James Joyce, su digno sucesor germano del mismo Hesse: Gunter Grass, o incluso Camilo José Cela con su correspondiente ritmo pausado y tranquilo, lleno de altibajos. 

Pero de una cosa estoy seguro y es que El Lobo Estepario es un libro, una novela que con el paso de los años no pierde su frescura y su fuerza. 

Es fácil sentirse identificado con lo que Hesse nos cuenta, y es fácil desear haber podido tomarse un café con él y conversar sin parar durante horas.

Sta. Rosa de Copán 17  de noviembre del 2002