La firma coreana Heerim Architects acaba de reinventar el rascacielos a través de dos proyectos inspirados en la luna. El más espectacular es el Hotel Full Moon (Luna Llena), que se instalará en la república asiática de Azerbaijan.
El edificio, que tiene la forma de un disco con bordes redondeados y un agujero en la esquina superior, cambiará su aspecto según el ángulo desde el que se mira.
De momento se sabe que el edificio principal del hotel albergará 382 habitaciones (respecto al número total de habitaciones hay discrepancias entre distintos medios informativos) y alcanzará una altura máxima de 158 metros.
Lo que no encuentro por ninguna parte es el precio que tendrá una noche de estancia o comer en su lujoso restaurante.
He de suponer que se trata de otro lujoso proyecto de esos a los que los pobres (y nunca mejor dicho) mortales sólo podremos mirar desde fuera.
Y, en muchos casos, desde lejos...
Lo cierto es que eso de inspirarse en la naturaleza a la hora de crear edificios no es nuevo, sino que es algo que ya viene de lejos y que incluso ha creado un nuevo concepto de arquitectura artística llamada zoomorphic.
Los grandes arquitectos del mundo han encontrado un filón inagotable para su creatividad: copiar las formas del mundo animal.
En esta moda hay mucho de capricho y de placer estético, pero también otros motivos: La evolución ha hecho que la morfología de los animales esté perfectamente adaptada a las fuerzas físicas. Imitándolas, se crean edificios originales y con el equilibrio necesario para que se mantengan en pie.
En esta moda hay mucho de capricho y de placer estético, pero también otros motivos: La evolución ha hecho que la morfología de los animales esté perfectamente adaptada a las fuerzas físicas. Imitándolas, se crean edificios originales y con el equilibrio necesario para que se mantengan en pie.
Museo Príncipe Felipe de Valencia
Santiago Calatrava diseñó la estructura del Museo Príncipe Felipe de Valencia, España, como si fuera la columna vertebral de un reptil (adornada por una cresta), cuyo peso reposa en soportes laterales.
Su posible modelo pudo ser la iguana verde (Iguana iguana), que luce una cresta dorsal que usa para el lenguaje corporal, y cuya morfología hace que su peso descanse sobre los costados de sus extremidades.
Museo Kunsthaus
El alien azul. Así llaman los habitantes de la ciudad austríaca de Graz al Kunsthaus, el vanguardista museo de arte obra de los arquitectos Peter Cook y Colin Fournier.
Realmente, el edificio recuerda a la forma de criaturas marinas; como la esponja Cypraea talpa, cubierta de bulbos que le sirven para moverse. De modo similar, el museo está cubierto por una especie de tentáculos que cumplen la función de claraboyas por las que se filtra la luz natural.
Villa Olímpica de Barcelona
Los peces son un motivo de inspiración recurrente en la obra de Frank Gehry. Y para la estatua que preside la entrada de la Villa Olímpica de Barcelona, España, su musa fue la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), cetáceo que, pese a sus cien toneladas de peso, simboliza la agilidad por sus espectaculares saltos.
Para crear esta compleja estructura curvilínea, Ghery usó por primera vez en su carrera el diseño asistido por ordenador. El resultado fue esta pieza metálica de 35 x 54 m y de color dorado.
Pabellón Quadrazzi del Museo
de Arte de Milwaukee (EEUU)
de Arte de Milwaukee (EEUU)
Los cisnes surcan los cielos gracias a la morfología de sus alas, que tienen una ligera curvatura, cóncava en la parte inferior y convexa en la superior, lo que hace que el aire quede atrapado en la cara inferior y produzca la presión ascendente necesaria para vencer la gravedad. Esto inspiró a Santiago Calatrava al construir el Pabellón Quadrazzi del Museo de Arte de Milwaukee (EEUU).
Sobre el edificio se alza un parasol móvil de 27 m. con dos persianas que copian la estructura de las alas del cisne, que se abren y cierran.
Pabellón principal de L’Oceanogràfic
Cascarones es el el apelativo cariñoso que reciben las estructuras ondulantes típicas de la obra de Félix Candela, como la cubierta que diseñó para el pabellón principal deL’Oceanogràfic de Valencia, España, construido tras su muerte, en 1997.
Estudiando la geometría de las conchas de las ostras, Félix Candela descubrió que las estructuras en forma de láminas ondulantes y muy finas (de 10 cm) eran idóneas para cubrir, igual que si fueran membranas, espacios muy amplios.
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