ES UNO DE LOS ANIMALES MAS RESISTENTES DEL PLANETA
Suele decirse que las cucarachas son el único animal que sobreviviría a una guerra nuclear. Eso no es del todo cierto, pues muchos insectos, como la mosca y la avispa parásita soportan niveles de radiación mucho más altos que la cucaracha común, pero sí es verdad que el repugnante bicho que habita nuestras cocinas sobreviviría a una radiación doce veces superior que un ser humano.
Pero ése no es el único superpoder de la Blatella germanica, la cucaracha alemana, la más común del mundo. Las cucarachas, asquerosas y repugnantes, también son veloces, voraces, solidarias y grandes amantes, según desvela el libro ‘The Cocroach Papers’, escrito por Richard Schweid, un tipo que, lejos de tener asco está fascinado por el insecto en cualquiera de sus dos versiones clásicas: rubia y negra.
La respuesta a la pregunta que plantea el título de este artículo la da Schweid en su libro:
“Cuando una cucaracha sienta una brisa acariciando los pelos de sus antenas, no espera a ver qué es lo próximo que va a suceder, sino que se lanza inmediatamente a buscar el refugio más cercano.Una cucaracha puede responder en la vigésima parte de un segundo , de modo que cuando una persona aún no ha sido capaz de registrar el encendido de una luz, la cucaracha ya ha tenido tiempo de encontrar un escondite”.Pero hay más. Las cucarachas son capaces de comer prácticamente cualquier cosa, incluyendo pegamento, heces, pelo, hojas caídas, cuero, piel de plátano, otras cucarachas, y humanos vivos o muertos.
Lo que no comerán jamás son pepinos y su comida favorita es la leche seca que queda alrededor de los labios de un bebé.
Las cucarachas también pueden presumir de una vida sexual intensa y activa. Su coito puede durar más de una hora, tiempo tras el cual la hembra puede guardar el semen de su compañero para utilizarlo cuando mejor le aproveche.
Por si fuera poco, ciertas especies de cucarachas también pueden reproducirse sin necesidad de un macho: los huevos sin fertilizar de las hembras pueden desarrollarse y convertirse en nuevas hembras, todo ello sin mediación aparente del Espíritu Santo.
El mejor método para atrapar una cucaracha es empapar un trozo de pan en cerveza y meterlo en el fondo de un tarro, según explica el libro. Impregnando las paredes internas del bote con vaselina, el bicho será capaz de entrar pero no de salir. Este método puede ser más caro y lento que el exterminio con insecticidas.
Según explica un experto en control de plagas en el libro, los clientes que pagan por eliminar sus incómodos huéspedes se contentan con ver un titipuchal de cadáveres en el sótano pero están engañados: “Una vez que el veneno se extienda lo suficiente entre la comunidad las cucarachas serán capaces de desarrollar algún tipo de resistencia”.
Finalmente, “el producto será más nocivo para los humanos que para las propias cucarachas”.
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